No es de sorprender que la Unión Europea otorga subvenciones y ayudas a sus estados miembros para respaldar a empresas y autónomos frente a posibles dificultades durante momentos de incertidumbre y crisis. En el caso de España, en 2023, el Consejo de ministros ha solicitado a Bruselas más de 90.000 millones de euros adicionales para el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, de los cuales casi 8 millones se destinarán a fondos de ayudas no reembolsables. Dichos fondos se distribuirán entre diversos ministerios y organismos públicos, para su posterior adjudicación a los ciudadanos.
Un informe del Centro de Políticas Económicas de ESADE (2022) revela que aproximadamente un tercio de las subvenciones se asignan a PYMEs y personas físicas, lo que equivale a alrededor de 10 millones. Esto puede indicarnos que este sector de la economía española recibe no más del 20% de las ayudas totales de la Unión Europea. Junto con un presupuesto reducido, se puede decir que las pequeñas y medianas empresas se enfrentan a restricciones considerables al acceder a la financiación pública, dado que las facilidades para obtener estas subvenciones también resultan limitadas.
Como país miembro, las empresas y autónomos españoles gozan de ciertas ventajas, como el acceso a una variedad de programas de ayudas y financiación, pero que, por el desconocimiento general de dichos fondos, no tienen esa información de primera mano.
Aparte de este desconocimiento, el principal factor que dificulta estos procesos, es la clasificación de estos programas de financiación. Pueden clasificarse en financiación directa (gestionados por la Comisión Europea) o financiación indirecta (dirigidos por las administraciones), y según su origen, los procesos de solicitud varían, al igual que la información requerida y las herramientas necesarias para llevarlo a cabo. Estas diferencias son las que generalmente pueden generar confusión entre el público no especializado y aumentar el riesgo de cometer errores que puedan invalidar las solicitudes.
Como ejemplo, el año pasado, la Confederación Española de Jóvenes Empresarios (CEAJE) expresó críticas acerca de la complejidad y la falta de accesibilidad de algunos procesos para acceder a las ayudas.
Esto es por lo que empresas como Ola se han propuesto facilitar y gestionar estos procedimientos de manera más efectiva, liberando a los solicitantes de preocupaciones y mejorando sus posibilidades de obtener las subvenciones deseadas.